Episodio 67: Mis aprendizajes con el servicio de branding

Esta semana he grabado un episodio un poco más personal, en el cual te comparto mi historia con el servicio de branding.

Todo empezó en 2014, cobrando 300-400 € por un logo, para acabar hoy con un servicio completo de branding, que empieza en 1775 €. 

Más allá de lo económico (que está guay, ¡por supuesto!), ha cambiado mucho cómo vivo el proceso en sí, las rondas de revisiones, la confianza del cliente… Muchas cosas que te cuento en detalle en este nuevo episodio, sobre la evolución de mi servicio de branding; o cómo un servicio que era un poco pesadilla se convirtió en un trabajo rentable y que disfruto un montón.


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Si eres más de leer que de escuchar…

Hola. Estás escuchando el episodio 67 del podcast Happy Designer. Soy Noe, diseñadora gráfica y la fundadora de Lunes School, mi escuela para diseñadores, figuras donde aprendemos todo lo que no nos enseñaron en las formaciones de diseño. He creado este podcast para compartir el backstage de mi estudio de branding Lunes Design, Cómo me organizo y qué hago para que este negocio me aporte libertad financiera y creativa sin que esto signifique trabajar más horas. Hoy traigo un episodio un pelín más personal en el cual te contaré mi experiencia con el servicio de branding desde Lunes Design. Ya sabes, es el servicio estrella, el que más ofrezco, el servicio de branding completo. Es decir, incluyendo la estrategia, el desarrollo de la estrategia de marca y luego encontrando los recursos visuales para plasmarlo, que es la identidad visual de marca, por supuesto. 

Hace unos cuantos episodios, en el episodio 35, concretamente, hablé un poco de los pros y contras de especializarse en branding, porque es cierto que es un servicio que exige bastante, a nivel creativo. Es un servicio largo, de alto valor y alto precio, por lo que, bueno, es un poco más un reto ofrecer este tipo de servicio que, por ejemplo, diseñar una creatividad para Instagram. Pero hoy me gustaría hablarte más de mi experiencia, de cómo lo he vivido desde dentro en el estudio, como ha evolucionado este servicio y de paso, qué es lo que he necesitado aprender y mejorar para realmente disfrutar de ofrecer este servicio y ofrecer grandes resultados a mis clientes. Vamos allá. 

Cuando me hice freelance en 2014. No me especializaba en branding, ni siquiera tenía Lunes Design como tal - que tardé un año en darle la forma que yo quería. Ofrecía servicios de diseñadora gráfica freelance. Vamos, que el cliente que entraba me podía pedir lo que necesitaba y yo me adaptaba a su necesidad y le diseñaba lo que me pedía. Llegaron, por supuesto, los primeros encargos de logotipos. ¿Qué es lo que te viene pidiendo la gente? Un logotipo, no un branding con su estrategia y su identidad visual, desde luego. Entonces empecé haciendo logos para estos negocios que me entraban. Y lo hacía por un precio muy reducido. Esto ya lo mencioné en este podcast, creo en webinars. Cobraba 400 € o menos este logotipo y era una locura. Vale, un proceso muy absurdo, porque claro, yo escuchaba al cliente, escuchaba su necesidad, sobre todo escuchaba su idea, porque normalmente es un tipo de cliente, cuando quieren un logo, que ya tiene pensado algo, ya tiene pensado un símbolo que le gusta, un color que también le mola y te viene pidiendo que ejecutes esta idea. Entonces, claro, luego básicamente te pones en plan ejecutante y vas diseñando hasta acertar, hasta dar con algo, una solución gráfica a esta idea que te viene marcando el cliente. Y bueno, hasta que te lo apruebe y te las compre. Básicamente son procesos que son un dolor de cabeza. Que cobras eso. 400 €. Al principio parece guay, parece que ya es más que otros servicios de diseño al principio y luego te das cuenta de que no te sale a cuenta, ni estás contento con el resultado. En fin, esta forma de ofrecer el servicio del logotipo duró más bien poco vale, porque me di cuenta rápidamente que, claro, esto no tiene nada que ver con diseñar una identidad visual-  un branding ya ni te hablo, porque la creación de branding contiene otras cosas,  pero diseñar una identidad visual así? No, no hay estrategia, no hay tiempo para hacer nada correcto en estas condiciones. 

Entonces empecé a querer especializarme en branding, en diseño de identidad visual con estrategia, que es algo que yo he aprendido en la carrera y a lo largo de mi experiencia profesional y es lo que sabía que iba a funcionar a mis clientes. Y eso fue el principio de crear Lunes Design. Entonces, claro, por mucho querer, esto no es lo que pasó en seguida, por supuesto. 

Y lo que hice fue empezar a ofrecer un servicio de diseño de identidad visual con una parte estratégica que no ponía en valor, que no incluían el servicio como tal, sino que formaba parte de mi trabajo preparatorio para diseñar la identidad visual. Hice un paquete de servicio porque  había visto que esto era una buena idea, para dar una una idea en mi web de lo que ofrecía y por que precio. Creo que empece por los 700 €. La identidad visual con su logotipo, paleta de colores, tipografía y recursos complementarios tipo texturas, iconos, cosas de estas. Bien. Y qué paso? Pues que este servicio... Claro, nadie me conocía, era un poco complejo venderlo porque no era yo posicionada en mi sector, no tenía nada especial o relevante. Luego corrió un poco la voz, poco a poco, pero básicamente no vendí mucho este servicio como tal, sino que primero entraban clientes que me venían pidiendo lo que necesitaba y entonces, claro, ya nos alejábamos un poquito de lo que te mencionaba antes de venir, ya con una idea de logotipo y querer que la haga, sino que era más bien pues yo necesito una identidad visual, si, pero no me pongas el recurso complementario, la textura, el icono o la tarjeta de visita que yo no necesito esto. Era este tipo de discurso. Entonces básicamente tenía que hacer un presupuesto a medida para cada nuevo cliente, que en si podría no ser un problema, pero es que finalmente acababa entregando piezas, o sea una identidad visual que era una caja de herramientas y para mi cliente, que era un emprendedor, un autónomo, alguien que tenía un negocio unipersonal y que iba a usar estos elementos él mismo, pues claro, no era suficiente, porque nosotros sabemos, nosotros somos diseñadores, si tenemos un manual de marca con un logotipo, unos colores, etcétera, etcétera, sabemos como podemos usar estos elementos para transmitir lo que necesitamos transmitir. Pero claro, los clientes, pues ellos van juntando los elementos y por mucho criterio que haya detrás de la elección y el diseño de estos elementos, pues claro, el resultado puede ser bastante mediocre y muy poco estratégico. Entonces claro, empecé a ver que esto del tener un servicio listado estaba muy bien, pero que no podía dejar que los clientes me recorten un poco los entregables, que me digan "Pues eso no, quítame esta cosa, no la necesito... ¿y el moodboard para qué?" Necesitaba que ellos entiendan y respeten el servicio tal y como lo había diseñado para obtener mejores resultados. Porque hay una cosa y es que, claro que mis clientes estaban contentos con lo que les entregaba, vale? Les entregaba el logo que habían imaginado toda su vida y los elementos que habían pedido, nada más, por el precio que les venía bien. Básicamente, claro, estaban contentos al momento, pero después de unos meses de usar esta identidad visual, de darse cuenta de que realmente no convertía, no llegaban a los objetivos que querían con su negocio porque lo usaban a medias, porque yo lo había diseñado a medias, porque no me habían dejado hacer lo que era conveniente para su negocio. Claro, ahí al cabo de unos meses, pues no estaban tan contentos, no necesariamente conmigo, sabes? No tenían ningún problema conmigo, pero sí se daban cuenta de que la marca se quedaba corta. Y esto qué produce? Incluso de forma un poco inconsciente, pues que este cliente no vuelve a contar contigo para un diseño más adelante. No volvían conmigo, no fidelizaba a mis clientes y esto para un negocio que se dedica al servicio de branding es un gran problema, porque captar un cliente de branding es un gran esfuerzo. Se trata de un servicio con precio elevado. Necesitas convencer a la persona, ganar su confianza, etcétera, etcétera Entonces es un gran esfuerzo. Una vez tienes este cliente, te interesa fidelizar porque no puedes estar todo el rato captando nuevos clientes. Eso es un esfuerzo demasiado grande, no te sale rentable el negocio. Por lo que es súper importante conseguir que un cliente sea fiel y para ello necesitas deslumbrarle con el resultado y con el resultado real, no tener a tu cliente contento en el momento de la entrega. Que sí, que también, pero no solo esto. Le queremos encantado, al cabo de unos meses, por los resultados que ha obtenido gracias a su branding. 

Y claro, para volver a mi historia con este servicio, pues eso ha sido el punto en el cual me he dado cuenta de que algo tenía que cambiar. Aparte, yo estaba agotada ya con estos servicios, es decir, que me exigía mucho tiempo y energía diseñar de esta manera y realmente era frustrante, por lo que te digo, no llegaba a vender todo el servicio completo tal y como sabía que iba a funcionar y además en el proceso mismo de diseño de identidad. Los clientes no me dejaban diseñar según mi criterio. Me pedían muchos cambios y estos cambios al final me destruían un poco la idea y el valor de este diseño de identidad visual. Seguro que has vivido una situación de estas que te acaban cambiando la tipografía, cambiando el color, cambiando los elementos y acabas con algo que ni quieres enseñar en tu portfolio porque no es decente, no es bueno, ni te convence. 

A nivel estratégico, sabes que esto no va a conectar con el cliente ideal, que solo es el reflejo de los gustos del cliente. Y bueno, de esto no va el diseño gráfico, no? Entonces analicé un poco la situación y vi que había dos cosas a mejorar principalmente. 

Primero, el servicio en sí tenía que mejorar, encontrar una metodología mucho más estratégica para dar mejores resultados y como que necesitaba documentar y mejorar esta metodología también para sentirme más, pero para sentirme más orgullosa y segura a la hora de vender esto a mi cliente y decir mira, si lo que quieres es obtener ese resultado con tu negocio, necesitas confiar en mí, dejarme aplicar esta metodología de principio a fin que incluye estrategia y luego diseño estratégico también, vale, que es lo que hacemos los diseñadores, pero necesitaba transmitirlo con más confianza y seguridad a mis clientes. 

La segunda cosa que realmente necesitaba mejorar era simplemente mi autoridad en el sector. No en plan convertirme en la top, la primera que viene a la mente cuando hablamos de branding. Aunque bueno, por qué no? Pero más bien frente a mis clientes, para mi audiencia, que ellos me dejen diseñar según mi criterio porque confían, porque saben que yo soy buena en esto. 

La primera parte sobre la metodología la conseguí solventar bastante fácil. Es decir que es cuestión de aprender, de leer libros, de formarse y de encontrar una metodología, una forma de hacer que realmente resuene contigo, que vaya con tus valores, con tu personalidad, que hagas bien y que sea adecuada para tus clientes ideales. Entonces, en mi caso fue encontrar la metodología, la técnica de los arquetipos de personalidad de marca, sobre la cual he escrito un ebook de hecho para emprendedoras, porque era una técnica que se ajustaba perfectamente tanto a mi personalidad intuitiva, analítica, conceptual como a mi cliente ideal, que luego podía aplicar a las diferentes áreas de su marca la estrategia que habíamos puesto a punto y la personalidad para un negocio unipersonal es una cosa que realmente funciona súper bien, en mi opinión. Ha sido cuestión de integrar esta metodología en mi proceso, ponerla a punto, ponerla en valor en mi discurso, en mi blog, en mi comunicación - por eso lo del ebook. Y esto se ha convertido pues, en la metodología de trabajo de Lunes Design, que no soy la única, por supuesto, en aplicar y en usar, pero sí que la he acabado de ajustar exactamente a mi cliente ideal y a mi metodología propia. Y esto me ha permitido hacer mucho más tangible la transformación que obtienen mis clientes trabajando conmigo. Esto es muy importante quedarse con esta palabra, la transformación. El antes y el después que producimos en nuestros clientes gracias a nuestro servicio. 

Ahora la segunda parte, la autoridad. Esto parece más complicado de trabajar. Y sí, porque se trabaja en diferentes ámbitos. Lo primero es a través de tu branding y de tu marketing y esto es fundamental, empezar a trabajar tu marca realmente de forma estratégica, tú también, no sólo hacerlo para tus clientes. Lo que quieres es posicionarte de forma muy clara, como experto, como especialista. Si te da un poco de respeto la palabra experto precisamente, pues especialista. Pero alguien que controla y domina el tema del branding y una persona en la cual los clientes pueden confiar porque van a obtener el resultado que quieren. Entonces esto se hace a través de trabajar tu branding, trabajar tu marketing y de comunicar una y otra vez sobre el tema del branding de forma experta. La autoridad también se trabaja, en mi opinión, en la conversación con el cliente potencial. Es decir, en tu web, en tu página de venta, en tus newsletters y por supuesto, en la sesión de valoración con el cliente potencial. 

Y aquí, no te puedes cortar, no te puedes minimizar, encoger, hacer más pequeño. No, nada de esto. Debes posicionarte en este momento determinante como un experto en tu campo. Y de nuevo, no se trata de ser el mejor, de ser un súper crack, sino de saber más que tu cliente y posicionarte respecto a este cliente como un experto, una persona que le puede asesorar y le puede ayudar a conseguir sus objetivos. En resumen, esta parte se resuelve con un trabajo de mentalidad de primero creértelo y poder comunicarlo a tu cliente. La segunda parte sería el branding y el marketing. Y la tercera parte la venta de tu servicio premium, con confianza. Este servicio premium es el servicio de branding, por supuesto. Todas estas mejoras, evoluciones de mi servicio, evidentemente no las he implementado de un día para el otro, porque necesitaba aprender estas cosas, aprender a ponerlas en práctica, aprender a comunicarlas, aprender a venderlas y esto es un proceso, por supuesto. Además iba yo un poco a ciegas, a base a prueba y error esta metodología que los diseñadores nos encanta tanto. El do it yourself: lo aprendo, lo pruebo y voy corrigiendo. Pero, poco a poco, he visto los resultados de esto y han sido brutales. Realmente, han sido que he podido diseñar marcas de principio a fin con su estrategia como toca y el resultado han sido proyectos realmente muy guays que he podido incluir en mi portfolio, que me han llevado a conectar con otros clientes potenciales, también de muy buen nivel, que han confiado en mí una y otra vez. Esto ha sido un antes y un después. Y por supuesto que estos clientes les he fidelizado todos, prácticamente todos lo que podían luego contratar a diseñadores más adelante, pues han vuelto a contratarme y esto ha cambiado totalmente la estructura de mi negocio, la necesidad de estar captando clientes todo el rato, etcétera, etcétera ha sido realmente la mejor evolución posible. 

Ah, y por supuesto, he podido aumentar muchísimo el precio de mi servicio porque el valor que entregaba era mucho mayor y así, pues, tenía tiempo y buenas condiciones para crear marcas que realmente transforman los negocios de mis clientes. Así que cuando miro atrás y pienso en este servicio tal y como lo ofrecí en 2014, o bueno 2015. Guau! Pienso que es una evolución brutal para mi negocio, para mis clientes y que nada que ver, sabes? El behind the scenes cuando diseñaba estos logos con un proceso eterno, revisiones, un resultado mediocre porque no me dejaban diseñar y la evolución que fue después pues increíble. Nada que ver. El proceso es mucho más gustoso, es un resultado que realmente me gusta, me convence. Bueno, es un antes y un después y por eso me gusta comunicarlo, explicarlo, porque hay unas cuantas cosas que no nos enseñan en las escuelas de diseño. Por supuesto, nos enseñan la parte técnica, la parte conceptual, pero llevar el proyecto con el cliente para que nos deje aplicar todo lo que sabemos, eso es más bien distinto. Y esto empieza desde tu branding, marketing, venta y con la metodología de trabajo también, una metodología que puedas comunicar al cliente y transmitir de forma sencilla. 

Antes de acabar este episodio, me gustaría decirte que dentro de unas pocas semanas voy a abrir de nuevo las inscripciones para mi programa Branding Flow, que precisamente recoge toda la metodología y toda la forma de trabajar que ha adoptado en Lunes Design y que me ha dado estos resultados tanto para mí como para mis clientes. Es un programa de seis semanas enfocado a elevar tu servicio de branding y empezar a captar clientes premium. Esta semana tienes la oportunidad de apuntarte a la lista de espera todavía un tiempo más para poder acceder a las inscripciones en primicia y con un descuento exclusivo. 

Así que te invito a entrar en la web de Lunes School buscar el programa Branding Flow, el curso de branding y apuntarte a la lista de espera antes de que cierre por el lanzamiento. Espero que este episodio te haya inspirado, que hayas sacado algunas ideas para empezar a mejorar tu servicio de branding si lo ofreces o incluso a empezar a especializarte en branding y todavía no es tu caso. Te mando un abrazo y hasta muy pronto para un nuevo episodio.


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